El monstruo wholesome

¿Qué es una Mary Sue? Es un nombre que se le da a cierto arquetipo de personaje en una obra de ficción. Describe despectivamente al protagonista desabrido, sin personalidad definida que hace fácilmente mover y alterar a todos los demás participantes de la historia. Las Sue (o Gary Stu como se le llama a su contraparte masculina) también pueden compartir una serie de características, como tener un pasado trágico y estar “profundamente marcados” por eso, ser fríos por fuera al principio, ser subestimados y ridiculizados por algún antagonista (igual de plano, pero infantilizado) , ser el interés amoroso de algún personaje importante (o varios) y lo más notorio, son aparentemente perfectos.

Sus “defectos” son reducidos a pequeñas ocurrencias que son fácilmente explicables, así como contrarrestadas por las determinantes, imponentes y hermosas características que tiene nuestro protagonista impecable. Y su nombre termina de enmarcar lo que estamos hablando, ya que Mary Sue fue un personaje de un pequeño fanfiction de Star Trek que nació para parodiar este molesto pero recurrente tropo literario. El propósito de crearla fue para satirizar como una buena tajada de los escritores en aquel fandom insertaban una versión idealizada de sí mismos, una puerta a otra dimensión en la cual ellos son tomados en cuenta, apreciados, lejos de toda realidad cruel. Donde cumplían sus fantasías de ser apreciados a la vez que se llenaban de grandeza al participar en una historia tan épica y atrapante. Ya con las Mary y los Gary delimitados, podremos agradecer a la formación del universo y a la extraña forma en la que trabaja y evoluciona nuestra mente por no trasladar este concepto perteneciente a la ficción contemporánea a nuestro día a día, porque eso sería absurdo y desagradable, ¿cierto?

Infografía realizada por la usuario de Deviantart Windfalcon en el año 2004. Sirve para comparar un personaje común con una Mary Sue. Si saben inglés, ya notarán la diferencia.

Ser queridos y pertenecer es una necesidad fisiológica. Es en serio. Las relaciones humanas es bien sabido que son aspecto sumamente determinante en nuestro bienestar mental y por consecuencia, físico. Formar parte de algo tan bonito como de un romance o de una fuerte amistad es algo que no experimentan muchos en su vida, o por lo menos en lo que se respecta a interacciones personales. El internet es un buen refugio para estos individuos, quienes pueden ser ellos mismos sin recibir ningún tipo de arduo juicio por parte de sus familiares, conocidos o extraños con los que comparten ambientes. Ahí igualmente podemos alterar nuestra personalidad e imagen con facilidad, ya que entramos en un sitio donde nadie nos conoce y donde uno no será investigado a fondo antes de ser partícipe en las diferentes comunidades que existen en el ciberespacio. Podemos alterarnos como queramos, podemos concentrarnos más en nuestras cualidades, y lo que supuestamente es un “pecado” en el mundo real, solo pasa a ser una ocurrencia normal en el mundo virtual, que al final del día, no importa casi porque tenemos muchas más cosas hermosas por las cuales somos valiosos.

Nuestro perfil va a determinar en qué tipo de espacios terminaremos, así sea voluntaria o involuntariamente, pero al mismo tiempo, en donde nos encontremos va a igual seguirnos cambiando. Tal vez encontremos hogar en un grupo de personas que aparentemente se sienten igual que nosotros, subestimados, despreciados, odiados, malentendidos cuando en verdad somos personas con sentimientos bonitos, los cuales no hemos tenido la oportunidad de mostrarle al mundo. Ya la realidad es lo suficientemente dura como para cuestionar lo que somos, y se crean relaciones estrechas pero planas a partir de una constante reafirmación por parte de nuestros ciberamigos sobre cómo nos vendimos a ellos y viceversa. Cuestionar quien es alguien realmente es un ataque que los altera demasiado, que viene de parte de aquellos normies y otros enemigos del mundo real que no los entienden, a la vez que es una amenaza de eliminar todo lo que disfrutan en su ciber entorno. Un efecto de bola de nieve ocurrirá en nuestra conciencia, atrapando cada mentira que decimos de nosotros mismos. Creemos que nuestros peores defectos están ahí para los horribles extraños de carne y hueso que tenemos que afrontar, mientras que detrás del teclado, hay una persona muy preparada, consciente, inteligente, amable, sensible. La bola de nieve se convierte la base de un muñeco frágil, que representa la peor mejor versión de nosotros mismos y creemos que somos eso. Nos convertimos en la Mary Sue de nuestra propia historia.

Ya existe una analogía bastante popular para explicar este fenómeno de la relación entre como alguien quiere ser percibido versus como realmente es. Consiste en que nosotros nos comportamos de cierta forma al estar con otras personas, siendo esta la máscara, y que detrás, hay una persona muy diferente en pensamiento, palabra, obra y omisión. Este interesante concepto a pesar de ser algo bastante aceptado popularmente, no explica por completo la hipocresía de estos individuos.

La versión más fiel de nosotros mismos es la que presentamos con la máscara puesta. Es decir, consiste en la suma de nuestro disfraz, que es la versión bonita, idealizada de nosotros mismos, más las acciones que cometemos al estar en él, por más contradictorias que sean. El personaje tan bello que hemos hecho de nosotros mismos y lo engravado que está en nuestra mente hace que lo peor salga con facilidad, ya que hacemos que dichas fallas sean tolerables para uno, que espera la misma aceptación por parte de los demás. Al mentirnos a nosotros mismos sobre lo amables que somos, que lo mejor que ofrecemos solo está para aquellos que se lo merecen y tomarnos cualquier descripción personal no positiva como el resultado de las barata percepción ajena de nuestra supuesta fachada exterior, nos convertimos en personas falsas, quienes solo están mantenidas por su frágil ego.

Las máscaras que la gente suele tomar, pueden tomar muchas formas. Por ejemplo, están aquellos que se dicen “intelectuales”, amantes de la ciencia y de las artes, pero tan manejados por sus convicciones personales como los religiosos tan criticados por ellos mismos. La gente también puede basar sus avatares en cosas más triviales, como el horóscopo o los tests de personalidad. Pero no quiero quedarme a describir todas las versiones de gente falsa que he conocido. Quiero a reducirme a cierto arquetipo de persona que se encuentra en internet, con unos niveles de hipocresía estratosféricos, con la autoconsciencia llegando tan abajo como el núcleo terrestre y todo detrás de la estética más aparentemente “pura” que se puede encontrar.

El “wholesomeposting” se refiere a todo tipo de publicación en redes sociales con intenciones aparentemente puras (como indica su nombre ya traducido al español). Suelen estar ahí para irradiar belleza y optimismo, con una variedad de mensajes que hacen alusión a temas como las relaciones románticas, la amistad, la autoaceptación, la tristeza, la salud mental, pero una gran cantidad se reduce solamente a presentar algo tierno en si mismo y porque sí.  Este pequeño movimiento de redes sociales aparece en el 2017, para combatir de una forma la cantidad de odio y negatividad presentes en ellas. Fue un cambio de perspectiva interesante para muchos internautas, y muchos “nihilistas” decidieron a través de esta corriente sacar a relucir su “lado más dulce”.

«A mimir» Dr. Moricky 2020

El wholesomeposting es la forma perfecta de que un individuo tan falso termine de meterse en su personaje. Cae como anillo al dedo, porque con compartir una imagen bonita mueren todas esas dudas internas de personalidad, sobre quienes realmente eran. Ahí estaba su pureza, su belleza, su perfección. Terminan de convertirse en la Sue que crearon para representarse en internet. Lo único que se necesita para reafirmarse era compartir un “tomen agua uwu” o “si necesitas a alguien puedes hablar conmigo”, cuando al final es pura paja en cualquier sentido.

El wholesomeposter está claro de que carece casi todo lo que se presenta en el contenido de disfruta, o incluso, es la antítesis de lo que es. Normalmente dicen ser tristes, pero son unos manipuladores emocionales. Dicen darlo todo como amigos o como pareja, pero son unos egoístas que esperan retribución a la hora de brindar lo mínimo en dichas relaciones. El amor y comprensión que dicen tener internalizados, son la excusa que se ponen cuando transmiten odio, hasta para aquellos que pasaron por circunstancias de rechazo muy parecidas a las de ellos. Su propia infantilidad causada por su autoimpuesta falta de interacción fuera de sus dispositivos no los deja desarrollar sentimientos de empatía, cariño y comprensión, que aparentemente encuentran en este tipo de contenido unidimensional y que se expresa de forma exclusiva hacia su misma burbuja de individuos iguales o hacia si mismo. 

¿Qué amor estás dando? ¿Por qué?

Este tipo de individuos están en la constante lucha por auto validarse y por ser validados. Como conclusión natural de darse cuenta de que ser “wholesome” no es suficiente, recurrirán a otros medios. El test de personalidad de Myers-Briggs por ejemplo, una prueba trivial sin base científica, tiene una categoría para aquellos emocionales, introvertidos y sensibles (INFP). El culto a la categorización de las personas en 16 personalidades resuena mucho en ellos, primero porque la prueba reafirma lo que quieren ser, a la vez que pueden verse en un grupo donde sus características pueden ser aparentemente comparadas con facilidad. Se convierten en un cuadro comparativo de tarea de escuela primaria: “escribe tus cualidades y tus defectos”.

Mi reflexión final es que debemos dejar de pretender algo que no somos. Este grupo de personas hace lo mínimo para trabajar en si mismas, ni aplican la hermosa retórica de aceptación que sus memes favoritos dicen. Se refugian en la sensibilidad por si misma, pero no la entienden lo suficiente como para manejarla. ¿Ser sensible es sentirse ofendido a los comentarios que nos hacen fuera de la computadora o entender las problemáticas que afrontan muchos en el mundo? ¿Qué tan comprensivo es uno cuando solo tratamos de entender el daño que reciben los demás, pero solo cuando se parece al nuestro? ¿Por qué internet se ha convertido en su burbuja? ¿Realmente es necesario sentirse constantemente amenazado por el exterior a pesar de que no lo conozcamos?

Si te sentiste identificado con el artículo, o conoces a alguien que cabe en este perfil, les dejo el siguiente mensaje: dejen de dárselas de puritanos, reflexionen, maduren y desconéctense de internet. Busquen lo peor de ustedes mismos y enfréntenlo para mejorarlo. Hablen con sus padres y busquen entender lo que les tratan de transmitir, por más atacados que se sientan. Estoy seguro de que por temas generacionales puede que no se expresen de la mejor forma, pero muchísimos lo hacen por su bien, por más “malintencionados” que suenen. Busquen un hobby que puedan compartir en persona, las relaciones más fructíferas se producen a partir de personalidades con orígenes muy distintos. No se acostumbren a la homogeneidad y salgan de su zona de confort, y eso es mentira de que en tu área no existen más personas porque “no encuentras”. Sigue buscando. Solo quiero que tengas relaciones sanas y que esos valores tan bellos que se que deseas, puedas aprenderlos y aplicarlos de forma natural.

Quiero darle las gracias a Wondo por el arte y a Juan Morua por ayudarme con unas dudas. Cálido abrazo a ellos. Igualmente, mis más profundos agradecimientos a todos aquellos que comparten mi misma perspectiva y me apoyaron para escribir esto. Me di cuenta de que no era el único loco que se dio cuenta que había algo mal, ¡con esto tan aparentemente bello!

Lo más importante, quiero darle las gracias a cierto grupo de lames que conocí, quienes decidí estudiar porque era muy extraño que varios jóvenes que me llevan más de una carrera universitaria en edad y experiencia, tuvieran este nivel de falsedad que les permitía comportarse como los propios imbéciles de 12 años. Ellos fueron mi inspiración para este artículo. Me causaron tanta repulsión que los estudié, al mismo tiempo que compartí con mis amigos cercanos varias conversaciones con respecto al tema. Este conjunto de asco y retroalimentación me encaminaron bien, ya que cada día estoy más atento a como me comporto, ya que quiero mejorar de formal real para evitar al máximo ser como ellos.

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